miércoles, 9 de marzo de 2011

Sirve para otra guerra...

La última vez que me metí en un juego de este tipo, pasó algo similar digamos, aunque quizás esto no tiene nada que ver, me refiero a que lo aburrido era que ya sabía hasta donde podía llegar, cuando alguna vez dije "no tengo nada que perder", ya tenía un condicionamiento propio, ya había planteado las reglas del juego y al final creo que por eso no llegué a ningún lado, o al menos no a donde yo quería...
Pero está vez lo digo sin comillas, con otro objetivo en mente, y sin fronteras, sin reglamentos estúpidos, realmente NO TENGO NADA QUE PERDER, y eso muchachos se siente como una multitud gritando tu nombre a millones de decibeles, pero esta vez esa multitud no importa, da lo mismo que esté o no, no voy a escucharla, porque estoy solo en esto... Esta vez sólo necesito mi propio empujón hacia la acción.

Causa y consecuencia: esa es la historia. Porque hoy en día creo que realmente muy pocos saben interpretar la frase "soldado que huye, sirve para otra guerra", y yo realmente no creo que sea una frase cobarde, encierra mucho más en si misma de lo que creen, y yo me siento completamente identificado con eso...

3 comentarios:

Grace dijo...

Es inteligencia, casi.

Unknown dijo...

Es amor propio. Y está muy bien.

Con Edulcorante y Al revés dijo...

El todo o nada, el conformarse o querer un poco más, el buscarle la vuelta, el no quedarse con la duda, el ignorar voces ajenas y aún propias.

Las desiciones.
La causa y el efecto.

"No hay nostalegia peeeor, que añorar lo que nunca jamás sucedió!"
Sabina, otra vez sonando :)

Besos varios Nicolás Nicolino!